Cartas a mis Caprichos- III Cuatro Caprichos de Duende

CARTAS A MIS CAPRICHOS

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Carta Tercera
III CUATRO CAPRICHOS DE DUENDE
Cartas a mis Caprichos - Tercera
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Estimadas Caprichos:

Como prometí, os hago llegar de mi, en a otra de mis cartas. Guardad esta junto a las otras, como el talismán que alumbra vuestras noches sin luna, el chal que de abrigo en las mañanas más frias o el almohadon con perfume de los abrazos mas sinceros.

Supuse que querríais saber que fué del corazón de aquel ser que con el pecho abierto, encontrasteis entre los matorrales del bosque. Un corazón esparcido en trozos entre la hojarasca que con tanto mimo recogisteis.

Supuse que querríais saber si con el paso de los años perdió color alguno o si las heridas que cerrasteis, resistieron bien a los sobresaltos del camino. Si alguien quiso de nuevo arrancárlo del pecho o si alguien que lo intentó: pudo o no pudo. Que sepáis que no que nada malo le pasó y quien algún mal intentó, no supo como y cada vez que algo necesitó allí lo tuvo.

Sin duda, el paso de los años y los avatares del tiempo le han ido causando algún que otro rasguño, aunque yo, nunca tuve temor alguno gracias a Azar, mi buen amigo, en el que siempre plenamente confié.
Él fué quien tuvo bien disponer que tras vosotras, llegaran unas y tras unas, otras y que estas unas y esas otras tomaron vuestro testigo, protegiendo el camino para proteger mi destino, con las mejores de sus dones y artes.

De todas las que fueron llegando, algunas lo intentaron pero no supieron como, yo nunca en cuenta se lo tuve. Otras no tuvieron oportunidad de saberlo nunca y me perdoné por ello. Doy gracias que Azar dispuso bien a pesar de todo para que llegado el momento, hubieran cerca las adecuadas, siempre para cuidar de él y poder protegerlo tal como el corazón de duende se merece.

Las que así lo hicieron, han sido y fueron tan dignas Caprichos como lo sois vosotras, quizás no portadoras de la calma de Su verde mar, de la fortaleza de tus vientos, del calor de tu amanecer o del escarpado lecho en donde ella su cobijo descansa, pero en su talento igual de hermosas que vosotras cuatro:

Mis cuatros Caprichos de Duende...

Una siempre en mi recuerdo...
Mi Reina, a la que entregue mi recuerdo a cambio
del trono vacio que cedió para que pudiera ocuparlo ella.

Otra escucha y a la calma le habla...
Mi clara Luz guia, que con la confidencia amiga iluminó,
siempre fiel y eternamente los senderos de mi vida.

Como rie, corre y ama...
Mi fresca brisa, que con la pasión de su juventud,
me empujó con fuerza siempre a vivir a viento.

Y a ella: mimos y esperanza..


algún dia a darte un tierno beso, a ti, a mi sueño: Mi Ghiocel...

Cuatro caprichos de duende,
van creciendo en una caja...

Caprichos que aunque distintas de sinigual entrega todas que hicieron y todavía siguen haciendo lo que vosotras hicisteis por primera vez. Cada una con sus propios dones, pero sin duda, con honroso respeto a vuestra memoria. Mágicas y especiales seres que sin ambición ninguna supieron como alcanzar a ser una como vosotras para ocupar vuestro lugar como si del suyo se tratara, con la humildad de las Diosas.

Caprichos: Los colores de vuestro Corazón de trapo, siguen tan intensos como lo deseasteis, su interior sigue igual de tierno y suave como cuando lo estrechabais entre vuestros brazos y sus cicatrices siguen luciendo los zurcidos dorados de vuestros cabellos. Tan libre como siempre, tan frágil como le hacen sentir, tan pequeño y tan sensible, si lo oprimes, tan grande y en su mayor esplendor cuando al dejarlo volar: Se expande. Un corazón como un almohadón hecho a mano, de ropajes y bolas de algodón: Vuestro corazón de trapo. Un corazón de trapo que vuela en el interior de un duende:
El Corazón del Duende alado.

Cuatro Caprichos de duende siempre creciendo dentro de una caja, musas custodias de mi corazón de trapo: Mi Corazón de Duende.
Gracias por ser las primeras y gracias por saber mostrar el camino a las que tras vosotras llegaron y siguen celando para permitirle alcanzar su destino... Su sueño... Su Ghiocel.